Svante Arrhenius 19 de febrero, 1859 Vik, Suecia. Falleciendo el 2 de octubre, 1927 Estocolmo, Suecia. Hijo de una familia de granjeros. En 1884, mientras preparaba el doctorado en la Universidad de Upsala, Suecia, investigó las propiedades conductoras de electricidad de disoluciones de sales aprovechando la reciente invención de la pila eléctrica.
Llegó a la conclusión de que la conductividad se debía a que las sustancias se separaban en iones, partículas con carga eléctrica, que se movían libremente por la disolución. Al principio se rechazó esta, incluso le hizo obtener una baja calificación en la aprobación de su tesis; sin embargo, tiempo después, en 1903. Le valió la obtención del Premio Nobel de química por su teoría de la disolución electrolítica, que se convirtió en una de las ideas fundamentales de la físico-química moderna.
Él definió los ácidos como sustancias químicas que contenían hidrógeno, y que disueltas en agua producían una concentración de iones hidrógeno o protones, mayor que la existente en el agua pura. Del mismo modo, Arrhenius definió una base como una sustancia que disuelta en agua producía un exceso de iones hidroxilo, OH-.
En 1889, Arrhenius también observó que la velocidad de las reacciones químicas aumenta notablemente con la temperatura, en una relación proporcional a la concentración de moléculas activadas. Arrhenius fue catedrático de Química de la Universidad de Estocolmo en 1895 y director del Instituto Nobel de Química y Física en 1905. Sus galardones y premios incluyen el Premio Nobel de Química en 1903 las medallas “Davy” de la Royal Society (1911) y “Faraday” de la Chemical Society (1914).
Escribió obras sobre química física y biológica, electroquímica y astronomía. En este último campo destacó por su idea de que la vida en la Tierra se originó por esporas vivas trasladadas a través del espacio por la presión de la luz. Murió en Estocolmo en 1927.